Internet no es la realidad

¿Qué haces leyendo esto?
(Observa tu reacción al leer la anterior frase. ¿Cómo te has sentido al leerlo?)

Cada vez nos comunicamos más por escrito, a través de Internet. Hay múltiples formas de hacerlo, y todas ellas tienen algo en común: Internet no es la realidad.


Las palabras que escribimos en un blog, o en un correo electrónico, contienen lo que pretendemos comunicar. El texto que se transmite sí que es real. Sin embargo, para que se convierta en un mensaje completo, le falta algo muy importante, que sí que se da en la comunicación cara a cara: la información no verbal. Esta es la que da vida a la expresión emocional con la que quien envía el mensaje, quiere que llegue a su destinatario.

En una conversación telefónica, aunque nos falta una parte importante del mensaje –ver la expresión de quien nos habla– al menos nos llega una gran parte de su intención, a través del tono emocional de su voz. Pero en Internet es distinto. ¿Qué sucede cuando el destinatario del correo o el visitante de un blog lee determinado contenido? En ese momento, recibe el texto, pero al leerlo, eso provoca en él una respuesta emocional determinada, que no forma parte del mensaje, sino que procede de su propia atribución respecto a la intención del autor.

Si la emoción que se activa es intensa o el contenido del escrito absorbe su atención, es difícil que pueda darse cuenta de que no está percibiendo directamente la intención del autor, pues no lo tiene delante. Para él, esa intención es sólo una representación mental: la está imaginando.

Es nuestra propia emoción
Por ejemplo, al inicio de este texto aparecía una frase: “¿qué haces leyendo esto?” Pues bien, a cada persona que lo lee, le produce una respuesta emocional diferente. A algunos les amedrentará, a otros les producirá curiosidad y deseo de seguir leyendo, a otros les molestará que les traten así, otros se enfadarán con quien creen que está intentando burlarse de ellos, otros se sentirán culpables, por perder su tiempo leyendo tonterías, etc.

Es por tanto nuestra emoción y no la del remitente la que se activa en el momento de recibir la comunicación. Añadimos nuestra emoción al texto y es entonces cuando completamos el mensaje y le damos un significado. Este, a su vez, determina el contenido de nuestra respuesta, y así el ciclo se repite de nuevo. Además, al responder escribiremos, de principio a fin, sin el efecto modulador que produciría recibir el feedback emocional de nuestro interlocutor, tras cada una de nuestras frases.

Si quieres conocerte, observa qué sientes al leer un mensaje y al escribir la respuesta. Es muy probable que las emociones perturbadoras que se activen tengan más que ver con tus tendencias más difíciles de admitir en ti mismo, que con la intención que atribuyas a tu interlocutor.

Por la red viajan sólo palabras, pero la emoción que las convierte en mensaje, nunca traspasa la piel de cada uno. Ni se puede recibir la emoción del otro ni se puede enviar la propia. Sin ella, la intención y el tono siempre son imaginarios. Eso es lo que convierte a esta forma de comunicación en algo distinto de la comunicación real. Por eso, Internet no es la realidad.

11 comentarios:

Berni dijo...

Interesante punto de vista sobre "las verdades" de la red. Después de un tiempo en esta realidad, y tras algún disgustillo... me di perfecta cuenta de lo que comenta.
Gracias.

Dr. Maño. dijo...

Al igual que la Amiga Esther La'Berni con acento francés, las letras electrónicas me han causado algún problemilla... no tanto en la blogosfera como en versión correo electrónico.
Además del contenido e intención, en el medioambiente empresarial, es muy importante la selección del o los receptores. Me explico... poner a alguien como destinatario de un correo, como CC/. de ese mismo correo o no ponerlo son unos grados y matices que pueden, y lo hacen, herir susceptibilidades.
Por otro lado un placer que nos hayan presentado Sr. Gómez, recuerdos a Su Santa.

José Gómez dijo...

Gracias, Esther y Miguel Ángel, por vuestos comentarios. Bienvenidos a esta no-realidad y encantado de conoceros... virtualmente.

Internet es una valiosa herramienta de comunicación. Si conseguimos no perder de vista lo que moviliza en nuestro interior, podremos disfrutar de sus grandes ventajas. Cuanta más conciencia, más libertad.

En cuanto a lo que comenta Miguel Ángel, (la clasificación implícita de las personas que supone enviarles un correo "Para...", "CC...", etc.) esto moviliza algo distinto y no menos interesante: los afectos interpersonales, con su riqueza de emociones: rechazo, dependencia, abandono, envidia, celos... Todo un manjar para la conciencia.

Iñaki dijo...

No somos "yo y mi circunstancia", sino yo y mi percepción de mi circunstancia. El desenfoque en la percepción nos condiciona absolutamente, y no somos dueños de los medios manipuladores de dicho sentido porque pueden ser de naturaleza técnica psicosociológica.

Ni internet es la realidad, ni la "realidad" -que percibo por los sentidos- es la REALIDAD.

José Gómez dijo...

Gracias por tu aportación, Iñaki. Coincido contigo: Internet no es la realidad.

Calidad Asistencial dijo...

Lo importante sería poder transmitir con el corazón en la mano y que el receptor sintiera la emoción de tu escrito, el alma que lleva esas humildes palabras, el cariño y la dedicación con que las has elaborado.
¿De quién depende el que llegue el mensaje con los sentimientos con que lo escribes?
a) Porque no se expresar lo que siento.
b) Porque el receptor del mensaje no está en mi sintonía.
c) Porque los sentimientos y emociones no se pueden describir con palabras.
Un saludo especial.

José Gómez dijo...

Gracias Victoria (Calidad Asistencial)

La emoción se transmite mediante la empatía, cuando ambas personas están en contacto directamente.
Un saludo.

capitán garfio dijo...

Pues yo lo vivo como si fuera real, aunque sé en el fondo que no lo es....pero como yo siempre voy de cara, creo que todos lo hacen igual....no pienso cambiar mi forma de actuar en internet, aunque me cueste un disgusto...un saludo y encantado de conocerlo Sr Gomez.
Me gusta esto, tal como lo vivo y el día que no me guste.....lo dejo.

José Gómez dijo...

Capitán Garfio: Cuando actúas, piensas y sientes con conciencia, estás más cerca de la realidad.
Un abrazo.

Ana Glez Duque dijo...

Hoy me viene especialmente al pelo tu post, José, porque lo he comprobado en propias carnes. Muy bien escrito y ¡tienes toda la razón!

José Gómez dijo...

Gracias, Dra. Jomeini. Me alegro de que te haya sido útil.
Es una virtud saber mostrar nuestras cualidades humanas, pues nos mantiene en contacto con nuestra realidad interior, pendiente de resolver, y nos guía para saber cómo continuar nuestro camino. Además, no es fácil, pues admitir nuestros sentimientos requiere estar en paz con uno mismo y con la vida.
Cuando ignoramos o evitamos contactar con nuestros conflictos internos, se despiertan con mucha fuerza cuando los vemos reflejados en los demás. Nuestra reacción en realidad suele ser contra lo que sentimos, pero es más fácil dirigirla contra lo que expresan los demás.
Te animo a continuar siendo lo que eres: un ser humano. Al fin y al cabo, eso es lo que la vida espera de nosotros.
Un fuerte abrazo.

Publicar un comentario